LIDERAZGO FEMENINO EN LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO ASOCIADO

La Unión de Cooperativas de Castilla-La Mancha, ClamCoop, muestra su compromiso en la lucha por la igualdad y, con motivo del pasado Día Internacional de la Mujer, ha querido dar a conocer a mujeres líderes en el territorio castellanomanchego y cómo estas, a través del cooperativismo, impulsan la equidad y el empoderamiento femenino.

La igualdad de género es uno de los valores fundamentales que defienden las cooperativas de trabajo asociado. Por eso, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Unión de Cooperativas de Castilla-La Mancha, ClamCoop, ha querido reconocer la labor de las mujeres en el cooperativismo. Cinco mujeres líderes y emprendedoras con cooperativas pertenecientes a diferentes sectores han explicado cómo impulsan la equidad y el empoderamiento femenino desde sus proyectos y cómo el modelo cooperativo les ha ayudado a llevarlo a cabo.

Para algunas de ellas, como Paloma Molina, socia de Papelería Molina, desde que su empresa se adentró en el cooperativismo hace dos años, los tres socios que la conforman tienen las mismas condiciones laborales y están en igualdad absoluta en todos los aspectos. Y es que, esta papelería con más de 110 años de historia a sus espaldas actualmente está formada por dos mujeres y un hombre, por lo que “prevalece el pensamiento femenino”, explica Molina. En este sentido, el día a día o el apoyo a iniciativas comprometidas con la causa es su fuerte para velar por la igualdad. Un claro ejemplo es la visión de su equipo donde, a pesar de que las mujeres son mayoría “no somos dos contra uno, sino que somos dos más uno”, indica la emprendedora.

Y a esto mismo se refiere Carolina Martínez de Activa Idea, ya que para ella “la unión hace la fuerza”. En su cooperativa son dos mujeres que crecieron con el emprendimiento y a las que les encanta cooperar, por eso ellas no ven nunca el género de quien tienen delante, sino que se fijan en la persona y en lo que les puede aportar “sin ponernos trabas ni condicionantes”. Sin embargo, desde su experiencia han visto cómo les han intentado poner a prueba por el hecho de ser mujeres. Y para hacer frente a esta situación, Martínez asegura que la tenacidad y seguridad en sí mismas es su principal arma y, al final, “siempre
conseguimos lo que nos proponemos”.

Valores como la igualdad, solidaridad, equidad, ayuda mutua y la democracia son parte del ADN del cooperativismo, como explica la miembro del Consejo Rector de ClamCoop Encarna Hernández. Para ella, la eficacia de una empresa se consigue siendo “responsables los unos con los otros y no compitiendo entre nosotros”. Hernández hace mención del elevado porcentaje de mujeres socias, además de que “la mayoría de las cooperativas que se están constituyendo actualmente están formadas casi íntegramente por mujeres”. Es por esto por lo que, desde su experiencia en el ámbito, el cooperativismo hace que estas tengan las mismas oportunidades de ocupar funciones de máxima
responsabilidad y gobernanza.

En esta línea, Pascuali Zoroa, socia de la cooperativa dedicada a la puericultura Dulce Bebé, piensa que, cuando se crea una cooperativa “no existen discriminaciones de género y se da toda la ayuda posible a cualquier persona que quiera crear trabajo e involucrarse en un nuevo negocio”. Además, hace alusión a las ayudas que se conceden a las mujeres para emprender, que las considera como un punto positivo para incentivar y potenciar sus proyectos. Y, aunque su cooperativa esté formada por tres socios, siendo dos de ellos hombres, Zoroa asegura que forman un equipo igualitario donde ella, en este caso, se
encuentra al frente del negocio y acarrea la mayor carga empresarial.

Un claro ejemplo de presencia de mujeres es la cooperativa dedicada a la formación Language & Co donde, según cuenta su fundadora y socia Ruth Cardona, el 80% de las docentes son mujeres. Esto es algo que ella misma tiene en cuenta a la hora de contratar a alguien, además de participar en diversas iniciativas que siguen esta línea de igualdad. Además, esta emprendedora opina que “todos somos conscientes de la igualdad de género” y, en su caso, sus trabajadores, hombres o mujeres, tienen las mismas oportunidades para ascender en sus puestos de trabajo.

A pesar de esta visión equitativa, en ocasiones, ser mujer puede ser un impedimento para avanzar dentro de sus organizaciones. Esto, a lo que se denomina techo de cristal, existe en el cooperativismo, pero en menor medida: “Gracias a los valores del cooperativismo se puede ver menos esta situación, pero, igualmente, sigue costando llegar arriba si eres mujer”, explica Paloma Molina. Y a esta opinión se suma Carolina Martínez que, desde su experiencia, aún no lo ha visto en el cooperativismo, pero sí en otros sectores cuando “te intentan frenar”.

En este sentido, Encarna Hernández explica que el techo de cristal “no existe como tal en el modelo cooperativo”. Para ella, es fundamental la educación como herramienta democratizadora y esto se puede ver en el cambio que ha habido en la sociedad en los últimos años: “Hoy en día es un hecho innegable que las mujeres estamos más y mejor formadas y eso significa mejor preparación para afrontar o desempeñar puestos de alta dirección”.

Asimismo, la miembro del equipo de dirección de ClamCoop hace alusión a la conciliación de la vida familiar y el trabajo, algo de lo que también habla Pascuali Zoroa, pues “las mujeres siempre tenemos el obstáculo de la crianza de los hijos”. La emprendedora piensa que todavía queda un largo camino por recorrer para conseguir una igualdad total, pero unas medidas de conciliación óptimas podrían favorecer al crecimiento de una mujer en su empresa, de no ser así “renunciarán a nuevas oportunidades laborales”.